Muy buenas a todos y bienvenidos a un nuevo post.
Como ya sabéis los que me seguís por redes sociales dejé mi trabajo por cuenta ajena a finales de 2018 y llevo desde entonces dedicándome a trabajar por cuenta propia desde principios de 2019.
Recuerdo que, antes de dejar el trabajo, tenía ciertos miedos a saber si todo iba a salir bien, si sería capaz de encontrar nuevos clientes, si ganaría un mínimo al mes… Pero lo que no sabía es que esos miedos eran solo pequeñas creencias que obviamente tenemos todos.
Fue a partir de entonces cuando descubrí las verdaderas necesidades de una persona autónoma o dueña de una pequeña empresa.
Necesidades de un autónomo
A pesar de que lo había escuchado muchas veces, a pesar de que está escrito en cualquier manual, yo siempre pensé: esto no me va a pasar a mí. Error.
Si está escrito en tantos lugares será por algo.
Me refiero a aquella parte en la que os digo que un autónomo o dueño de una pyme es un equilibrista: un Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como.
Al ser una empresa de nueva creación los recursos son más bien limitados, tanto económicos, como tiempo, como humanos. Poco dinero, poco tiempo para cada tarea, poco personal.
Yo solo tengo que encargarme de:
- Diseñar, crear y gestionar los canales de venta. En mi caso: página web.
- Realizar acciones de marketing. En mi caso: inbound marketing (redacción de artículos, SEO en la web, grabar y editar un podcast semanal, publicar en redes sociales…)
- Hacer un seguimiento de los clientes. En mi caso no tengo CRM y, como principalmente vendo servicios, tengo también poco seguimiento.
- Facturación. Creo que esta es la parte que peor llevo. En mi caso: trabajo con una agencia externa que se encarga de presentar toda la documentación y con un software profesional de facturación, contabilidad y laboral para pymes que funciona de maravilla y tiene varios módulos para adaptarse al negocio de cada uno.
Bien, hasta aquí podría parecer que con una buena estrategia de captación activa de clientes, manejo de las herramientas y time-blocking para organizarse podría trabajar 3-4 horas al día, ¿no?
Pues no. Todavía nos falta lo más importante: realizar el servicio por el que me han contratado.
Organización de tareas y calendario laboral
Gracias a un curso de time-blocking que realicé durante mi primera etapa como autónomo aprendí a organizarme bastante bien, la verdad (puede sonar creído pero te aseguro que la organización es algo fundamental para cualquier negocio).
Desgrané cada uno de las 4 necesidades anteriores y planifiqué una estrategia y plan de acción.
Por ejemplo, ¿cómo organizo las horas que dedico a la facturación?
En mi caso tengo varias facturas que contabilizo cada mes:
- Facturas de clientes: las contabilizo directamente en el software que te comentaba antes.
- Presupuestos de clientes: también llevo un control para analizar después el ratio de ventas y ver en qué puedo mejorar.
- Facturas de gastos:
- Gasolina: me hice con una de estas tarjetas de fidelización de las gasolineras, así me envían la factura conjunta a final de mes y no tengo que ir pidiendo tiquets.
- Otros gastos: cada final de mes tengo bloqueado en el calendario unas horas para dedicarme a subir las facturas a la plataforma.
- Nóminas: en mi caso no tengo ya que trabajo solo.
En fin, lo que pretendo con todo esto es explicarte que la vida del autónomo no es sencilla y se debe tener en consideración un montón de cosas.
Mi recomendación es subcontratar aquella actividad que no sea donde puedes aportar el máximo valor y así centrar tus esfuerzos en lo que sabes hacer. A día de hoy podría decir que el tema de la facturación ocupa un máximo de un 2% en mi jornada laboral. El resto lo dedico a aportar valor a mis clientes.
